Se abrieron las ventanas cuyas persianas estaban subidas hasta arriba. Entre las rejas había polvo que flotaba en el aire por culpa del viento. Un viento que entraba en la casa oscura y doña Maria lloraba. Sus lágrimas caían en un charco lleno de sangre, de sudor y sobretodo de miedo. Todo ya había ocurrido, él se había ido. María seguía gritando de dolor y su cara mostraba pena, tristeza por ese hombre el cual vida no tenia. Su vida era hacer daño y por eso en cada instante moria por dentro y se iba haciendo peor persona. Para ser feliz no tenia más remedio que hacer daño a la gente, eso es lo que hizo con ella.
Maria era una mujer hermosa, valiente y decidida. Tenia los pies en el suelo y pensaba siempre antes de actuar. Su infancia fue dura pero todo y eso había madurado muy rápido y eso le hizo crecer como persona. Iba mucho de fiesta y fue donde conoció a Martín. Un adulto que más que adulto parecía niño pero ella se enamoró, se quedó encegada por él. Empezaron a salir y se fueron a vivir juntos. El amor flotaba por los aires y la mentira era más y más grande cada dia que pasaba. Justamente el 27 de marzo de 2010 Martín llegó a casa, volvía de trabajar y Maria estaba haciendo la cena en la cocina. Él entró con disimulo, no saludó y fue a dejar la chaqueta en el armario de su habitación. Maria dijo-¿Martín? ¿No dices nada?.
Martín le contestó y le dijo que estaba muy cansado, iría al despacho unos minutos y después iria a dormir, no tenia hambre. Ella no se sintió bien, parecía que algo estraño pasaba pero nunca se imaginaba lo que pasaría a continuación. Maria puso el lavaplatos y recogió alguna basura que había por ahí, Martín cogió una cuerda que tenia guardada, fue corriendo hacia Maria y puso la cuerda alrededor de su cuerda hasta hacerle daño. Ella empezó a gritar y llorar, no sabia lo que pasaba ni se imaginaba que esto es lo que haría Martín. Le cogió del brazo para que soltara la cuerda pero él no paraba, no podía casi ni respirar y le hacía daño. Martín le empezó a decir que era una mala mujer ya que casi ni limpiaba la casa ni le ofrecía a él lo que quería, amor en la cama directamente. Ella no podía decir nada, la cuerda la obligaba a callar. Su voz se desvanecía entre su mirada. Después, al cabo de pocos segundos él cogió un cuchillo y lo acercó a la cara de Maria. Le empezó a quitar la ropa igual que se la quitó él. Ella no quería y por eso le impedía que le quitara la ropa, pero cada vez que ella se movia Martín le acercaba más el cuchillo, hasta se lo clavó una vez, pero solo la puntita. Despues la empujó hasta la habitación, la tiró encima de la cama y le dio una bofetada a la cara.
Maria no podía aguantar, lloraba fuerte, desconsoladamente. Él le decía que se callase, se puso encima de ella y pasó lo que todos imaginamos. No hace falta explicar esa situación, fue dolorosa, porque cada vez que a ella se le caía una lagrima él la pegaba. Le empezó a retorcer los brazos, un dolor inmenso que permeneció durante varios minutos. Luego la besó, ella no quería pero si no se dejaba le haría más daño. Permaneció en un momento de obligación, le obligaba a hacer cosas que ella no quería. Se calló todo haciendo ruidos pequeños con la boca, él siguió con su “faena” la cual para él era graciosa. Por último la ató a la cama y la empezó a tocar de tal manera que a su vez la iba pegando, bofetadas en la cara y por todo el cuerpo. Ella no sabia que hacer, tenia miedo y no se atrevía a llevarle la contaria…
Maria era una mujer hermosa, valiente y decidida. Tenia los pies en el suelo y pensaba siempre antes de actuar. Su infancia fue dura pero todo y eso había madurado muy rápido y eso le hizo crecer como persona. Iba mucho de fiesta y fue donde conoció a Martín. Un adulto que más que adulto parecía niño pero ella se enamoró, se quedó encegada por él. Empezaron a salir y se fueron a vivir juntos. El amor flotaba por los aires y la mentira era más y más grande cada dia que pasaba. Justamente el 27 de marzo de 2010 Martín llegó a casa, volvía de trabajar y Maria estaba haciendo la cena en la cocina. Él entró con disimulo, no saludó y fue a dejar la chaqueta en el armario de su habitación. Maria dijo-¿Martín? ¿No dices nada?.
Martín le contestó y le dijo que estaba muy cansado, iría al despacho unos minutos y después iria a dormir, no tenia hambre. Ella no se sintió bien, parecía que algo estraño pasaba pero nunca se imaginaba lo que pasaría a continuación. Maria puso el lavaplatos y recogió alguna basura que había por ahí, Martín cogió una cuerda que tenia guardada, fue corriendo hacia Maria y puso la cuerda alrededor de su cuerda hasta hacerle daño. Ella empezó a gritar y llorar, no sabia lo que pasaba ni se imaginaba que esto es lo que haría Martín. Le cogió del brazo para que soltara la cuerda pero él no paraba, no podía casi ni respirar y le hacía daño. Martín le empezó a decir que era una mala mujer ya que casi ni limpiaba la casa ni le ofrecía a él lo que quería, amor en la cama directamente. Ella no podía decir nada, la cuerda la obligaba a callar. Su voz se desvanecía entre su mirada. Después, al cabo de pocos segundos él cogió un cuchillo y lo acercó a la cara de Maria. Le empezó a quitar la ropa igual que se la quitó él. Ella no quería y por eso le impedía que le quitara la ropa, pero cada vez que ella se movia Martín le acercaba más el cuchillo, hasta se lo clavó una vez, pero solo la puntita. Despues la empujó hasta la habitación, la tiró encima de la cama y le dio una bofetada a la cara.
Maria no podía aguantar, lloraba fuerte, desconsoladamente. Él le decía que se callase, se puso encima de ella y pasó lo que todos imaginamos. No hace falta explicar esa situación, fue dolorosa, porque cada vez que a ella se le caía una lagrima él la pegaba. Le empezó a retorcer los brazos, un dolor inmenso que permeneció durante varios minutos. Luego la besó, ella no quería pero si no se dejaba le haría más daño. Permaneció en un momento de obligación, le obligaba a hacer cosas que ella no quería. Se calló todo haciendo ruidos pequeños con la boca, él siguió con su “faena” la cual para él era graciosa. Por último la ató a la cama y la empezó a tocar de tal manera que a su vez la iba pegando, bofetadas en la cara y por todo el cuerpo. Ella no sabia que hacer, tenia miedo y no se atrevía a llevarle la contaria…
CONTINUARÁ
*Tiene dos partes, esta es la primera!
*Gracias por leer este relato!
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